Milk
La homosexualidad, contrario a lo que muchos piensan, no es un «fenómeno nuevo¨ producto de la ausencia de valores morales propios de ¨estos tiempos¨. Tampoco es una enfermedad, menos aun una abominable deformación de la naturaleza humana, un estilo de vida quimérico y hasta degenerado. El homosexual, hasta donde sé, no escoge ser homosexual. Es difícil pensar que una persona en sus cinco sentido tomaría voluntariamente la decisión de exponerse a una sociedad llena de prejuicios en contra de la gente ¨diferente¨, solo por moda o por banal deseo. El deseo sexual hacia alguien del mismo sexo es natural. Ha existido desde los tiempos mas remotos. Son esas malditas reglas y ordenanzas morales y éticas creadas, no por dioses como todo el mundo esta empecinado en creer, sino por el propio hombre en su egoísta necedad de manipular las mentes de los demás con el solo propósito de satisfacer sus instintos, sus egos, sus intereses personales, las que han creado ese tabú contra la homosexualidad.
La lucha por los derechos civiles de los homosexuales ha tenido muchos estadios: Berlín, Barcelona. Sin embargo, uno de los mas memorables es el de la ciudad se San Francisco, California. Fue ahí donde se cultivó el movimiento gay más fuerte en los Estados Unidos. Milk, basada en hechos reales, cuenta la historia de su fundador: Harvey Milk. Milk (encarnizado por Sean Penn en una actuación que bien podría valerle el Oscar) luchó contra la pesada carga de la intolerancia durante los 10 últimos años de su vida, cuando cansado de vivir reprimido, cambió Nueva York por San Francisco, y ahí, en la calle Castro, se convirtió en la voz de los hombres y mujeres que desde siempre fueron, y en muchos lugares aún lo siguen siendo, discriminados por el solo pecado de desear o amar a un ser semejante. Fue el primer hombre abiertamente ¨gay¨que ocupó un cargo de elección pública en los Estados Unidos y desde ahí, dedicó su vida a promover y defender los derechos civiles de los homosexuales. Milk es una película poderosa, y muestra con un realismo memorable, el nacimiento, desarrollo y muerte de un líder, la solidaridad de un grupo de gente con una causa común, la represión física y moral de que fueron muchos de ellos víctimas, así como los amores y desencantos de éste protomártir amanerado. Todo esto en la funky/hippie escena gay del California de los años 70. Los invito a verla si tienen la oportunidad. Eso si, recuerden deshacerse de prejuicios y pudores antes de comenzar la película y posiblemente, cuando termine, se convenzan de que ya no les necesitan más.
Harvey Milk y Sean Penn
Hasta luego Ricky
La vida es así. Cuando menos te lo esperas te deja saber que estamos aquí de paso, solamente prestados. Que somos completamente vulnerables a sus embistes, a sus contradicciones, a sus caprichos. Que todos es ahora y que nunca es mañana. Un segundo después del otro, minuto a minuto, hora a hora y día a día. Así se va construyendo la vida. Porque el futuro no existe. Lo que existe es un continuo presente que siempre esta ahí y nunca se va. Hasta que algo sucede y el tiempo se detiene.
Es por eso que hay que reír cuando hay que reír. Porque la risa es el síntoma de la felicidad. Y la felicidad es la sustancia de la vida. Y aquellos que, llenos de vida, son capaces de dibujar sonrisas en los demás son benditos, porque tienen el privilegio de hacer mas placentero ese soplo efímero y circunstancial que constituye nuestras existencias.
Hasta luego Ricardo «Ricky Pachanga» Adames, fabricante de sonrisas.
DESINFORMADO 
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